¿Qué es la Endometriosis?

Actualizado a 18/03/2020
La importancia de hablar de la endometriosis y sus efectos

Casi todas las mujeres hemos escuchado alguna vez esa frase de “la regla duele”, lo cierto es que, hay ocasiones, en que este dolor, tan común, esconde otras problemáticas que poco tienen que ver con este proceso natural de nuestro cuerpo. En España, la endometriosis, afecta a más personas que la hepatitis C y el VIH. No solo se esconde tras los dolores de regla, sino tras el tabú que existe incluso en el momento de discutir abiertamente acerca de temas relacionados  con el ciclo menstrual. La endometriosis es, en resumen, una enfermedad común pero desconocida para la mayoría de la sociedad, sobre todo para las propias mujeres. 

Todos los meses, durante el ciclo menstrual, la mujer produce hormonas que hacen que el endometrio (el recubrimiento que se crea en el útero para que el óvulo pueda convertirse en un embrión) se haga más grueso y elimine estas células mediante el sangrado menstrual; la endometriosis se da cuando esas células crecen fuera del útero. En resumen, es la presencia de tejido endometrial fuera del útero, generalmente en la zona pélvica (ovarios, intestino, vejiga), aunque también puede crecer en otras zonas del cuerpo como la piel o los pulmones. La endometriosis evoluciona de forma imprevisible y afecta a mujeres entre los 28 y los 35 años de edad mayoritariamente, pero es una enfermedad que no distingue de edades. 

  • Dolor menstrual: este es uno de los principales síntomas de la endometriosis. El dolor va aumentando progresivamente con el paso de los años hasta generar fuertes contracciones uterinas difíciles de soportar. La dismenorrea suele ser producto de la formación de las prostaglandinas, un conjunto de sustancias lípidas, que juegan un papel importante en la coagulación de la sangre, la respuesta inflamatoria alérgica y el aparato digestivo. 
  • Dolor durante las relaciones sexuales: cuando se sufre de endometriosis, la penetración vaginal puede llegar a ser muy dolorosa, pues presiona zonas afectadas por la enfermedad como el techo vaginal, los ovarios o los ligamentos uterosacros. 
  • Sangrado a destiempo: otro de los síntomas es la presencia de sangrados fuera de tu ciclo menstrual. 
  • Dolor al ir al baño: En muchas ocasiones el tejido endometrial crece en el intestino o en la vejiga, este puede causar molestias en el momento de orinar o defecar.
  • Endometriosis Ovárica: se caracteriza por la aparición de quistes que contienen fluidos espesos y se adhieren a la zona ovárica, las trompas de Falopio y el intestino. 
  • Endometriosis Peritoneal: produce lesiones en los ovarios y en la zona peritoneal, así como lesiones vesiculares, fibrosis y cicatrización. 
  • Endometriosis Profunda: esta es la más agresiva de las tres porque se caracteriza por la formación de nódulos que afectan los ligamentos útero sacros y, en etapas más avanzadas, puede llegar a afectar el intestino, la vejiga y los uréteres.

El tratamiento dependerá de los síntomas que presente la paciente, del estado de la enfermedad, de su edad, de sus antecedentes médicos y de otros detalles específicos que el ginecólogo tendrá que evaluar mediante exámenes médicos detallados. Sin embargo estos son algunos de los más comunes:

  • Vida saludable. Parece algo básico y poco efectivo, pero comer sano y practicar deporte ayudan a que tu cuerpo esté en las mejores condiciones para afrontar cualquier patología. En este caso, además, los estrógenos se acumulan en el tejido adiposo del cuerpo, con lo que perder grasa será un paso importante en el tratamiento. Si ya estás dentro de tu IMC saludable, simplemente intentan mantener una dieta equilibrada para que tu cuerpo tenga todos los nutrientes que necesite y práctica unas 3 o 4 horas de deporte a la semana para mantenerte activa y fuerte.
  • Antinflamatorios. Obviamente no se trata de un tratamiento definitivo, sin embargo en algunas mujeres, la toma de este tipo de analgésicos les ha funcionado muy bien para mantener una vida normal durante su periodo. Habitualmente no son lo más eficiente, pero puede que en tu caso sí. Consulta de todas formas con tu médico para conocer mejor si esta es tu solución o necesitas combinarla con alguna otra.
  • Pastillas anticonceptivas. Suele ser el tratamiento más habitual. Las píldoras anticonceptivas, regulan el ciclo, disminuyen el sangrado y los dolores menstruales, son un tratamiento muy eficaz ante cualquier dolor provocado por la regla, sin embargo, no todas las mujeres pueden usarlas, ya que es importante encontrar la que lleve la combinación hormonal mejor para cada una. Aunque los anticonceptivos se venden sin receta, es muy importante visitar a tu ginecólogo antes de empezar una terapia hormonal para poder encontrar la que mejor vaya contigo.
  • DIU hormonal. El DIU es un dispositivo que se coloca dentro del útero y que tiene como función principal la anticoncepción. El uso de hormonas, en este caso progesterona, hace que el sangrado disminuya y por tanto también disminuya el crecimiento mensual de las células endometriales. Tiene una duración de 3 a 5 años, se puede retirar en el momento que se desee (aunque siempre por un ginecólogo o ginecóloga en consulta) y, su tasa de satisfacción es del 80% aproximadamente.
  • Minipíldora. A diferencia del resto de pastillas anticonceptivas, las cuales combinan estrógenos con progesterona, la minipíldora solo funciona con estas últimas hormonas. Se trata de una pastilla que se ha de ingerir una vez al día, a poder ser siempre a la misma hora, la diferencia con el DIU es que éste actúa a nivel local, haciendo que las hormonas no vayan por el torrente sanguíneo. La minipíldora al ser ingerida se metaboliza a través del estómago y del hígado.
  • Laparoscopia. Se trata de una intervención quirúrgica poco invasiva. Normalmente se lleva a cabo cuando el tejido endometrial alojado en el resto de órganos son visibles y localizables a través de ecografías. Será un médico el que decida si esta intervención es la mejor en tu caso.
Si tienes fuertes dolores menstruales, al tener relaciones sexuales o incluso después de ir al baño, consulta con tu ginecólogo de confianza. Si todavía no tienes ninguno y quieres optar por la medicina privada, recuerda que nuestro seguro médico te proporciona un cuadro médico en el que podrás elegir entre diferentes profesionales. Si necesitas más ayuda, en internet encontrarás diversas comunidades de mujeres afectadas por este problema tan silenciado hasta el momento.
 
 
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