Eres el que debe hacer la solicitud en la Jefatura Provincial de Tráfico de tu ciudad o donde esté matriculado el vehículo. Para este proceso, es necesaria también la firma de la persona que te lo vendió. El trámite puede hacerse por internet, si lo prefieres, con el certificado de identidad que consigues mediante el DNI electrónico. Solo debes ir a la página de la Dirección General de Tráfico, a la sección de trámites, y realizarlo desde casa a cualquier hora.
Después, debes ir a la sede de Hacienda de la comunidad autónoma donde resides y pagar el impuesto de transmisiones patrimoniales que cuesta aproximadamente un 4% del coste total del vehículo. Posteriormente, recibirás un código electrónico de transferencias, que acreditará que estás al día con tus obligaciones fiscales. Si resides en Andalucía, Asturias, Aragón, Castilla y León, Cataluña, las Baleares, Madrid o Murcia, podrás hacer este trámite por internet.
Finalmente debes ir a la Jefatura de Tráfico y presentar el impreso de la solicitud del cambio de titularidad, los documentos de identidad de ambas partes, el permiso de circulación y el pago de las tasas correspondientes. Si el vendedor no ha notificado la venta del vehículo, puedes necesitar algunos documentos para acreditar su identidad.
Con respecto al contrato de compraventa, es recomendable que no te quedes con el vehículo sin tenerlo firmado y asegurarte de que está libre de multas consultándolo en la Jefatura de Tráfico, pues cualquier multa o impuesto sin pagar que tenga a la hora de comprarlo y hacer el cambio de titularidad pasará a ser de tu responsabilidad. Si la compra del coche ha sido a un particular, debes quedarte con el contrato, la fotocopia del DNI de la persona que te lo vendió, la solicitud firmada tanto por ti como por él y la documentación del coche. Si la compra la haces con un concesionario, ellos se encargarán de entregarte la documentación correspondiente: la tarjeta ITV y el permiso de circulación a tu nombre.