Lo primero es mantener la calma. Es una tarea difícil en una circunstancia como esta, pero si crees que desesperarte te va a hacer ganar tiempo estás equivocado. Antes que nada debes tranquilizarte para poder actuar de manera efectiva, sin afectar al lesionado. De esto depende su recuperación.
No muevas al lesionado. En el caso de accidentes cotidianos o de tráfico, lo recomendable siempre es no mover al herido del sitio, a menos que sea completamente necesario. Un movimiento brusco sin medir las consecuencias puede generarle daños peores en el cuello y la columna.
Cuida la respiración. Retira cualquier solido o líquido que obstruya las vías respiratorias y desplaza la lengua para intentar que el paciente respire solo. En caso de que no ocurra, hazle respiración boca a boca: pon a la persona boca arriba, inclínale la cabeza hacia atrás y levanta la barbilla. De esta manera la garganta quedará completamente estirada y el oxígeno pasará sin obstrucciones.
Si hay heridas: Lo primero es intenta detener la hemorragia para evitar la pérdida de sangre. Las hemorragias pueden representar un peligro si no se detienen a tiempo. Comprime la herida presionando tela contra ella hasta que un médico pueda atender la herida adecuadamente.
En caso de parada cardiorrespiratoria: Si la emergencia que se te presenta es que la persona ha caído en parada y no respira, lo primero que debes hacer es llamar de inmediato al teléfono de emergencias 112. Ellos te indicaran como proceder.
Comprueba si hay respiración acercando la oreja a la boca de la víctima para detectar ruido respiratorio, o mirando si el pecho se eleva.
Si la persona no respira hemos de actuar cuanto antes para aplicar el masaje cardiaco (las compresiones torácicas) para tratar de estimular los latidos del corazón. Coloca a la víctima sobre una superficie dura y estable, y sitúate a su lado de rodillas con los brazos extendidos, sin doblar los codos. Comienza comprimiendo el centro del pecho con tus manos entrelazadas, a un ritmo de entre 100 y 120 compresiones por minuto (en ciclos de 30 compresiones). Aplica la presión suficiente de forma que el tórax baje cinco centímetros en cada compresión. Continua hasta que la víctima comience a respirar o hasta que lleguen los servicios de emergencia. Si el cansancio te impide continuar un masaje efectivo, pide a otra persona que te releve.
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