La due diligence permite informar al comprador sobre el riesgo implícito que conlleva vender una compañía grande. El término es el anglicismo de lo que en España se conoce como auditoría de compra, que no es más que la investigación previa que se lleva a cabo para recopilar información económica del posible comprador o inversor, con el objetivo de determinar los riesgos reales de mantener relaciones comerciales y analizar con mayor lujo de detalles su situación financiera.
Para llevarse a cabo, se debe contar con el permiso del vendedor y hacerse en el menor tiempo posible, tratando de no interrumpir la actividad de la empresa que está en venta.
Su utilidad reside en que permite apreciar los pasivos ocultos del negocio que se va a llevar a cabo, revisar las contingencias que hayan podido darse e identificar las sinergias que puedan desarrollarse. Toda esta información servirá para desarrollar una estrategia de negocio adecuada, que logre el mayor beneficio posible para el vendedor tras la adquisición, bien sea societaria o individual. El objetivo es fijar un valor real y que el comprador sepa el estado financiero real de la empresa que adquiere.