Una fuga de agua no controlada puede hacer mucho daño, no solo a tu propia casa sino a la de tus vecinos. Las tuberías del baño, de la cocina y del patio, suelen ser las más vulnerables a estos desperfectos, por lo que conviene que estés atento a las siguientes señales, para detectar posibles daños y repararlos a tiempo.
Siempre que se trata de nuestras tuberías, cualquier detalle o señal de una fuga de agua debe ser atendida con rapidez, sin escatimar en precauciones para evitar accidentes domésticos que puedan causar daños irreparables. Aunque cuentes con el respaldo de tu seguro de hogar, las filtraciones o fugas de agua son uno de los accidentes domésticos más comunes. Además pueden agravarse si no se controlan a tiempo y que pueden desembocar en una rotura violenta (una tubería que no deja de echar agua) o progresiva (una tubería defectuosa que va dejando escapar pequeñas cantidades de agua a diario). Aunque no tengas daños visibles o no hayas tenido que reparar las tuberías de tu casa en el pasado, hay medidas preventivas que puedes tomar para no correr ningún riesgo.
Revisa que los desagües de tu casa no tengan ninguna obstrucción, sobre todo en caso de irte de viaje por un periodo de tiempo prolongado. Cuando tenemos mascotas o estamos en invierno, las pelusas suelen estar a la orden del día y si no las removemos pueden acumularse y causar obstrucciones fácilmente. Para evitarlas, puedes usar filtros en los sumideros del baño y de la cocina, de manera que el agua tenga libre las vías de drenaje en caso de una posible fuga.