Un nuevo coche trae consigo nuevas responsabilidades, y estar pendiente del buen funcionamiento del tuyo es una tarea diaria que requiere de soluciones inmediatas para no agravar los problemas que presente. Existen seis elementos a los que se debe prestar especial atención: neumáticos, aceite, pintura, frenos, el interior del coche y los fluidos del mismo. Su uso y desgaste es inevitable, pero con los cuidados necesarios tu coche puede disfrutar de una larga vida y mantener un valor aceptable en el mercado cuando llegue el momento de venderlo.
Lo primero es establecer un plan de mantenimiento general, es decir, un organigrama con los detalles que tienes que atender periódicamente. El cambio de aceite, por ejemplo, es ineludible si queremos conservar el motor en buen estado. En tu manual de propietario así como el lugar donde se presta este servicio sabrán decirte cuándo debes volver para un recambio.