Curiosamente las averías tanto en motocicletas como en vehículos, evolucionan a la par que lo hacen los nuevos modelos. Según los datos de la Red Europea de Vehículos, entre el top cinco de las averías más comunes de nuestras motos hay varias que no son enteramente mecánicas.
Imagen de una motocicleta

Cada moto es un universo de posibilidades. Su calidad depende de la combinación correcta de su parte mecánica con su parte electrónica, dos factores que suelen ir asociados a la marca y el modelo que compres, el uso que se le dé y la forma de conducirla. Lo cierto es que muchas de las averías que puede sufrir tu moto estarán cubiertas si cuentas con un seguro de moto todo riesgo  que te respalde en todo momento, pero prolongar su vida útil al máximo posible depende mucho del mantenimiento que se les dé, aunque también pueden afectar defectos de fábrica o de diseño en modelos específicos. 

Todas las partes de la moto están expuestas al movimiento constante. El peso y el desgaste terminan siendo inevitables, pero atender las averías a tiempo es fundamental para alargar la vida útil de la motocicleta.

Entre las partes más vulnerables está el embrague, el mecanismo que permite unir y separar el eje del cambio de velocidades para que las marchas de la caja de cambios puedan funcionar. Sea hidráulico, mecánico o automático, el embrague está en uso continuo y es muy notorio cuando empiezan a fallar. 
Esta es otra de las piezas de uso constante. Su función es alimentar el sistema electrónico y mantener con vida la batería. Es, junto a la centralita, el responsable de la aceleración, y su reparación suele ser bastante costosa. Sin embargo, sin estas dos piezas en óptimas condiciones es imposible que la moto funcione, así que ante cualquier daño es necesario buscar a un experto que diagnostique y repare.
Una bomba de gasolina dañada es de las averías más comunes a las que nos enfrentamos cuando tenemos una motocicleta. Al ser una de las partes más usadas, está más expuesta al desgaste del tiempo, los cambios de temperatura y la constante actividad. Una bomba de gasolina que está fallando pierde presión en el suministro de combustible y el paso del tiempo pueden agravar mucho el problema.
La cadena es la responsable de hacer que las ruedas traseras se muevan. Es otra de las partes vulnerables de la moto y una de las más fáciles de revisar, pues suele estar a la vista: verlas o detectar que están estiradas o torcidas es señal de que requieren un reemplazo. Para cuidar su estado, puedes revisar la grasa y de ser necesario, añadir un poco más por tu cuenta.
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