1. Expresa claramente quiénes son tus beneficiarios. Esta es la mejor forma de evitar tensiones entre tus sucesores y una buena manera de simplificar los trámites que implica demostrar a la aseguradora que se tiene derecho a cobrar la indemnización.
2. Elige a más de un beneficiario. Puede darse el caso de que el beneficiario y el asegurado fallezcan al mismo tiempo. En esos casos, es conveniente que existan beneficiarios secundarios y terciarios.
Los beneficiarios secundarios son aquellos que recibirán la indemnización en caso de que el beneficiario primario haya muerto. También se les conoce como beneficiarios de segunda línea.
Por otro lado, tenemos a los beneficiarios terciarios, quienes, en casos extraordinarios, podrán recibir la indemnización en el supuesto de que tanto el beneficiario primario como el secundario hayan fallecido.
3. Si tu beneficiario es menor de edad, toma ciertas precauciones. Sucede que un menor de edad no puede cobrar directamente la indemnización de un seguro de vida. Lo recomendable es que dejes el dinero a cargo de un fondo de fideicomiso y que sea el gestor quien entregue el dinero a quién tú hayas determinado.
En caso contrario, será el tribunal quien se encargue de nombrar a un gestor, cuestión que podría tardar y retrasar de manera importante la entrega del dinero.
4. Usa el lenguaje correcto para especificar quiénes son tus beneficiarios. Hablar de “descendientes” o “herederos” puede ser una forma muy amplia de designar a tus beneficiarios. Asegúrate de ser muy específico y nombrarlos con nombre y apellido. Asimismo, conviene que también se detalle el porcentaje de indemnización al que cada uno tiene derecho.
5. Estudia las circunstancias económicas de tus posibles beneficiarios. Valora si tus familiares podrían o tener problemas económicos en el futuro. Si tus seres queridos ya cuentan con un patrimonio importante para hacer frente a ciertas dificultades, quizás te interese beneficiar a instituciones u organizaciones sin fines de lucro.
6. Revisa periódicamente tu póliza. Siempre que no hayas designado a un beneficiario irrevocable, podrás cambiar los beneficiarios en cualquier momento mientras la póliza esté vigente. Puede que necesites incluir a un hijo que acaba de nacer o que te hayas separado y quieras excluir a tu ex cónyuge. Eres prácticamente libre de reajustar los beneficiarios de tu póliza siempre que así lo necesites.
En caso de que el asegurado fallezca sin haber nombrado a sus beneficiarios, el reparto de la indemnización se hará entre los descendientes o familiares directos que figuren en el testamento. La distribución del dinero se hace de manera equitativa.
Alrededor de la designación de los beneficiarios de un seguro de vida existen muchas dudas. Si tienes preguntas sobre cómo contratar el mejor seguro de vida, contacta con nuestros asesores expertos y decide si este es el producto que más te conviene a ti y a tus seres queridos.
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