¿Conoces estas enfermedades tecnológicas?

Actualizado a 05/06/2020
Enfermedades tecnológicas:  ¿Cómo descubrirlas y tratarlas?

A principios de la anterior década se hablaba del estrés como el mal moderno, que atacaba a quienes sufrían por cosas de las que la gente en el pasado no sufría. Desde entonces hasta hoy el mundo ha evolucionado a pasos agigantados y hoy el estrés es un mal obsoleto, demasiado común para seguir hablando de él. Las nuevas tecnologías han traído consigo un montón de beneficios, pero al mismo tiempo han desarrollado nuevas enfermedades y patologías a causa del uso continuo de aparatos electrónicos. 

Es necesario hablar de ellas, así que vamos a hacer un repaso de algunas de las enfermedades más comunes causadas por el uso de las nuevas tecnologías, una información útil para detectar si eres víctima de alguna y poder combatirla a tiempo con el apoyo de tu seguro de salud. Empecemos por aquellas que tienen repercusiones directas, las que afectan a tu vista o a tus capacidades motoras.

Tensión ocular: es una de las afecciones de la vista más comunes entre aquellos que pasan más de la mitad del día frente a una pantalla. El brillo constante y el reflejo en nuestros ojos produce sequedad, enrojecimiento, visión borrosa y, en algunos casos extremos, puede generar náuseas. Ante esto lo más recomendable es una revisión oftalmológica para comprobar si existen signos de deterioro visual permanente, considerar el uso de gafas con protección de rayos UV y hacer espacio en tu rutina para una buena dosis de descanso diario.

Tendinitis: esta no es consecuencia directa del uso de nuevas tecnologías (ya la sufrieron los taquígrafos), pero sí se ha agravado con el uso del ratón o de ciertas posturas poco naturales a la hora de usar el teclado, el móvil o los mandos de ciertas consolas. Otra condición asociada es la nedrinitis palmar, que se caracteriza por al inflamación de las palmas de las manos después del uso reiterado de ciertos dispositivos. 

Pérdida de la audición: la pérdida de audición prematura y la sordera son dos de las implicaciones directas que tiene el abuso de los cascos y el alto volumen al que solemos escuchar nuestros contenidos de audio: cuantos más BPM tenga una canción, mayor será la probabilidad de que cause daño en el oído.

Síndrome del FOMO: denominado así por sus siglas en inglés (Fear Of Missing Out), el síndrome de FOMO es una afección psicológica que combina la adicción a las redes sociales con la falsa creencia de que la cantidad de aceptación que tengamos por parte de un público anónimo nos define. Se caracteriza por el miedo a quedar desactualizados de la realidad, o a la aceptación social de la que se pueda gozar. 

Síndrome de vibración fantasma: este síndrome tiene que ver directamente con la dependencia que podemos desarrollar al smartphone. Este síndrome no tiene implicaciones demasiado graves más allá de la sensación constante de que el teléfono está vibrando para notificar alguna nueva interacción en redes sociales.

Nomofobia: igualmente relacionada a la dependencia del smartphone, la nomofobia se caracteriza por desarrollar un cuadro de ansiedad ante el olvido del móvil en casa, la pérdida del mismo o la falta de batería. Según los expertos es una de las patologías más comunes entre usuarios de teléfonos inteligentes, llegando a afectar a más del 65% de ellos.

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El mercado actual es tan competitivo que los trabajadores se ven constantemente obligados a manejar y desenvolverse con nuevas tecnologías
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