Lo que entendemos como un seguro de hogar básico tiene como objetivo protegerte frente a los principales riesgos que pueden afectar a tu vivienda. Incluye las coberturas habituales que, quizá, ya puedas conocer.
- Daños por agua: pueden estar provocados desde por una fuga hasta por la rotura de una tubería o filtraciones.
- Incendio, explosión o caída de rayo: daños por fuego o humo tanto en el continente (estructura) como en el contenido (muebles, ropa, electrodomésticos).
- Robo, hurto y actos vandálicos: tanto en el interior de la vivienda como, en algunos casos, en zonas comunes o anexas como garajes y trasteros.
- Responsabilidad civil: si, por ejemplo, una tubería rota inunda el piso del vecino o tu hijo rompe accidentalmente algo en casa ajena.
- Asistencia en el hogar: fontaneros, cerrajeros, electricistas, cristaleros…
Estas coberturas forman la base de una póliza de hogar, pero hay otras muchas que suelen estar incluidas y que casi nadie conoce.