¿Es obligatorio el seguro de hogar?

A diferencia de un coche o una moto, cuando nos referimos a proteger nuestra vivienda no hay nada que nos obligue a contratar un seguro del hogar, a menos de que exista una hipoteca de por medio. Al respecto, el artículo 10 del Real Decreto 716/2009 establece que, como mínimo, los daños producto de un incendio, deben estar cubiertos por una póliza contratada.  Esta garantía suele estar incluida en las protecciones básicas que ofrecen las compañías aseguradoras, sin embargo siempre es conveniente revisar qué otras coberturas pueden ayudarnos a proteger nuestro bolsillo en caso de que ocurran otro tipo de siniestros.

Otra cuestión que causa dudas es si es imprescindible contratar el seguro con la misma entidad bancaria que nos ha otorgado la hipoteca. En el pasado era una práctica permitida y habitual. De hecho, era uno de los requisitos que el banco establecía para la concesión del crédito.

Desde finales del 2013, y gracias a la primera Directiva Europea sobre Hipotecas aprobada por el Parlamento Europeo, quedó prohibida la vinculación entre los préstamos hipotecarios y el seguro de vivienda. Es decir que, aunque es obligatorio contratar un seguro que cubra los daños por incendio en un bien hipotecado, no lo es pactarlo con la propia entidad bancaria o con compañías pertenecientes al mismo grupo del banco.

Desde Allianz te aconsejamos revisar muy bien las garantías y exclusiones ofrecidas por el banco, puesto que muchas veces vienen disfrazadas por “beneficios” que no siempre se mantienen si en el futuro decidimos contratar la póliza con otra compañía.

No es precisamente una práctica habitual que el arrendador te exija contratar una póliza del hogar . De hecho, por ley no es una cuestión exigible, pero el propietario sí tiene la libertad de establecerlo como un requisito importante para proceder con la firma del contrato.

La  contratación de un seguro de inquilino suele generar muchas dudas, puesto que lo normal es pensar que esto le corresponde al propietario quien es, en principio, el interesado en proteger su propiedad. No obstante, existen distintas modalidades y por ende diferentes coberturas.

Un ejemplo: el arrendador podría proteger el continente de su casa (elementos estructurales y de construcción), pero no así el contenido (mobiliario y resto de bienes). Antes de entrar a un piso o casa como arrendatarios es fundamental informarse sobre las posibles pólizas que pueda tener el propietario contratadas.

En primer lugar, contratar un seguro de hogar es una auténtica forma de ahorrar. Los accidentes y averías pueden golpear nuestro bolsillo y llegar en el momento menos conveniente. Por tanto, haciéndonos con una póliza de vivienda, nos evitamos desembolsar una cantidad de dinero considerable cuando se trate de cubrir las reparaciones habituales o incluso, las más complejas.

Ahora bien, sus ventajas van mucho más allá de poder contar con un fontanero o un manitas a domicilio. Eligiendo una modalidad completa y a todo riesgo, además de contar con las coberturas tradicionales (averías eléctricas, robo, rotura de tuberías, cristales, etc.), podrás gozar de otras ventajas como: ayuda domiciliaria en caso de siniestro; exterminio de plagas; asistencia a mascotas y plantas; servicio de bricolaje, entre otros.

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