El salario bruto es el total que acuerdas con tu empresa antes de aplicar impuestos y deducciones. Incluye el sueldo base, complementos salariales y pagas extra, en caso de que existan. El salario neto, en cambio, es lo que realmente recibes tras restar esas retenciones, como el IRPF y las cotizaciones a la Seguridad Social. Es decir, el que recibes cada mes.
Es importante que conozcas la diferencia entre netos y brutos, ya que te ayudará a negociar tu sueldo de manera más eficaz y poder planificar mejor tu economía. Porque, qué duda cabe, toda la información que poseas sobre el funcionamiento de la retención de impuestos y las cotizaciones te permitirá entender de cuántos ingresos reales dispones en el mes y, de esta forma, evitar sorpresas en tu nómina.